Supervisando, fiscalizando y controlando la sinrazón. 

Dado que mucho mencionan el proceso de modernización del Estado y la Política Nacional Forestal y de Fauna Silvestre, pensé que por allí encontraría el motivo para que la administración forestal persiga a los “infractores”. Y resulta que la Ley de Modernización del Estado prefiere referirse a control no para controlar a los usuarios sino para recordarnos la importancia del control ciudadano sobre la gestión pública, lo mismo pasa con la supervisión. Y la política habla de un interesante y nuevo concepto de control preventivo de la tala y comercio ilegal. Y a pesar de los interesantes avances que nos plantea este proyecto de reglamento en el tema de supervisión, fiscalización y control, muy poco, por no decir nada, se avanza en el uso de estas herramientas para prevenir las infracciones. Seguimos, mejorando nuestras capacidades para ser mejores “paramédicos” forestales, es decir, que la administración aparece para constatar a los muertos y heridos del “accidente infractor”. Está bien que seamos sancionadores más justos y eficientes, pero seríamos más fieles con la política si también avanzáramos en prevenir las infracciones.

Un sistema de control sin control. 

A pesar que la nueva Ley Forestal y de Fauna Silvestre desarrolla el concepto de Sistema Nacional de Control y Vigilancia Forestal, su proyecto de reglamento general no dice mucho al respecto. Apenas es mencionado un par de veces (una de ellas incluso mal mencionado) para incluir a los comités de gestión de bosques y para poner puesto en puertos y aeropuertos. Pero no dice cómo operará, funcionará ni quién ni quién será el ente rector. Aunque creo que debemos intuir que será el SERFOR, pues las ley le encarga coordinar a las entidades del SINAFOR que controlan y supervisan… y las que no forman parte del SINAFOR?. Es verdad que la nueva ley exageró detallando las acciones de las instituciones que integran este sistema de control, pero ni la ley ni el proyecto de reglamento general dicen nada del funcionamiento y organización de este sistema.

Multas para los demorones. 

La impuntualidad es uno de los flagelos de la peruanidad, sin embargo, considerar una infracción la presentación de planes de manejo fuera de plazo o no adecuar la modalidad de manejo de fauna fuera de plazo, es una exageración. Qué pasa si el titular presenta un plan de manejo de manera extemporánea? Pues simplemente no se le aprueba el plan, y le tocará sobrevivir un año sin aprovechamiento… pero además lo queremos amonestar y multar. Lo mismo para los que no se adecuan a la nueva ley dentro del plazo. Lo mismo con aquellos que presenten planes de manejo no conforme con los términos aprobados por la autoridad. Pasa lo mismo, si no cumple con los términos de referencia para los planes de manejo, no se le aprueba su plan, y basta con eso. Más bien deberíamos preguntarnos para qué les vamos a poner plazos de presentación a los planes? Que los presenten cuando quieran y puedan, que diferencia hace si lo presentan el jueves o el viernes ¿qué gana el bosque con estos plazos?.

El gran bonetón ambiental. 

Otro tema que me parece actualmente no está claro y el proyecto de reglamento no hace mucho por resolver son las competencias en torno a la supervisión, fiscalización y control de las evaluaciones de impacto ambiental contenidas en los planes de manejo forestal. Queda claro que quien las aprueba (erradamente desde mi punto de vista) es la Dirección General de Asuntos Ambientales Agrarios del MINAGRI (un pedacito de los planes tiene que viajar hasta Lima para ser aprobado ¿?). Pero no queda claro quien supervisa y fiscaliza su cumplimiento, y de ser el caso sanciona. Será la OEFA? Será OSINFOR porque es parte de los planes de manejo? Será el chapulín colorado? No queda claro quién podrá defendernos. O será que la opción es dejar este vacío de competencia para que nada cambie?

Los malos genes. 

Aunque no soy experto en temas de acceso a recursos genéticos me preocupa que en lo que respecta a infracciones de este tipo solo se diga que se rige por el decreto supremo 03-2009-MINAM que supuestamente aprueba el reglamento de acceso a recursos genéticos, pues porque como algunos saben dicho decreto supremo no dice nada, nada más que elevar a rango de decreto supremo la resolución ministerial 87-2008-MINAM que es la que realmente aprueba el reglamento. Pero lo serio es que dicho reglamento reconoce como únicas infracciones el acceso sin autorización y violar las normas del mismo reglamento ¿Qué pasa con todas las disposiciones sobre recursos genéticos de la nueva ley forestal y su proyecto de reglamento? Pues no pasaría nada, si uno las incumple o viola, no cometerá ninguna infracción sancionable por este reglamento forestal. 

La caja del carpintero. 

Para no hacer más largo este asunto, creo que hay algunos temas complicados a los que hay que prestarles más atención en este asunto de supervisar, fiscalizar y controlar: 1) la matriz de competencias para cuándo? Las infracciones y los conflictos de competencia no esperan, 2) las comunidades pueden tener custodios forestales por el título habilitante y además por el comité de control?, 3) se aplican sanciones al administrador del bosque local, Quién lo hace? Cuáles sanciones? Por qué infracciones?, 4) los servicios ecosistémicos quién los supervisa y controla, deberían articular el reglamento con la nueva ley de retribución por servicios ecosistémicos, 5) etc.